Aprende tarot, ¿por qué?
En cierto modo, el tarot puede verse como una guía o respuestas inculcadas por lo invisible para dirigirnos al camino más fructífero, a la mejor solución, la que permitirá la tranquilidad, el bienestar, el éxito.
Estudiar el Tarot de Marsella es como aprender un idioma, leer un alfabeto compuesto por cartas de colores llamadas “arcanos” o “espadas”. También es sentir de un vistazo todas las sutilezas presentes en determinadas láminas, en una estampa (símbolo, posición, emblema, objeto) para transmitir el mensaje esencial.
Recuerda que el tarot advierte a quien lo pide. Siempre será benevolente al señalar los posibles riesgos, pero su utilidad más notable es que muestra la ruta más probable para llevar a buen término sus proyectos.
Con el tiempo, aprendes a dominar esta herramienta. El Tarot de Marsella no congela los acontecimientos, al contrario, los anticipa.
Un hombre advierte que vale dos. Por tanto, nuestra escuela respeta el principio del libre albedrío.
Todos tienen las llaves de su destino en sus manos. Quien lee el tarot siempre va un paso por delante.
Aprender el Tarot es como tener la lámpara de Aladin a tu disposición, lista para saltar al servicio.